24 de junio de 2010

El Gran Engaño que llevará al Anticristo al Gobierno Mundial (4ª Parte)

* También puedes leer las citas en:
http://www.biblegateway.com/versions/index.php?action=getVersionInfo&vid=60



Abraham habitó mucho tiempo en la tierra de los Filisteos (Gen 21:34), es en esta tierra (específicamente en la tierra de Gadar, (Gn. 20:1) en donde Dios le promete por 5ª vez la tierra de sus enemigos (Gn.22:17). A pesar de que vivía entre cananeos, heteos y filisteos Abraham se mantuvo fiel a Dios, era obediente (Gn. 22:18), estos pueblos sabían que Dios estaba con él (Gn. 21:22) era reconocido como un príncipe de Dios entre ellos (Gn. 23:6) y no buscó mujer para su hijo Isaac de entre el pueblo de los cananeos (Gn. 24:3,4)

Isaac (hijo de Abraham) habitó primeramente cerca de Gadar, en donde había vivido su padre (Gn. 25:11, Gn. 16:14), en esta tierra, en medio de hambruna Dios le habla por primera vez a Isaac y le confirma la promesa dada a su padre. Isaac también se estableció entre filisteos (Gn. 26:2-8), por primera vez, se menciona que este pueblo envidió a Isaac por la bendición que Dios le había dado (Gn. 26:13-16). Los filisteos reconocían que al igual que con su padre Abraham, Dios estaba con Isaac y era un bendito de El (Gn. 26:28-29).

Esaú, hijo de Isaac, toma esposas del pueblo heteo (Gn. 26:34) pero Isaac ordena a Jacob su hijo menor, no tomar esposa del pueblo de Canaán (Gn. 28:1) En el camino a Harán (cuando Jacob huye de Esaú por tomar su bendición de primogénito) Dios le habla y le promete esta tierra (Gn. 28:13,14)


En Harán, sirviendo a Labán su suegro, Jacob tiene a sus hijos:
Rubén, Simeón, Leví y Judá con Lea
Dan y Neftalí con Bilha, la sierva de Raquel
Gad y Aser con Zilpa la criada de Lea
Isacar, Zabulon y Dina nuevamente con Lea
José con Raquel


Labán reconocía la mano de Dios sobre Jacob (Gn. 30 27) y aunque había otros dioses (Gn. 31:30-32) Jacob se mantuvo fiel a Yawhew (Gn. 32:9-12)


Jacob llegó a la tierra de Siquem en Canaán, ahí un príncipe viola a su hija Dina y es llevada a su ciudad; sus hermanos mayores Simeon y Leví mataron entonces a todo varón de esa ciudad y rescataron a Dina, esto fue el primer roce entre los moradores de estas tierras e Israel y la primera vez que Dios los libra de su mano (Gn. 33:18, 34:1-31, 35:5) en medio de esto, Jacob por primera vez pide a su familia y a todos los que estaban con él, eliminar los dioses extranjeros (Gn. 35:2-4), Yawhew por segunda vez le promete esta tierra a Jacob (Gn. 35:12). Rumbo a Efrata Raquel da a luz al hijo menor de Jacob: Benjamín y muere. Jacob, ahora Israel, se instala en Migdal-eder, cerca de Belén.
 José, hijo de Jacob es vendido por sus hermanos a madianitas y llega a Egipto Gn. 37:28. José es prosperado por Dios en Egipto y lo levanta hasta ser gobernador de todo ese pueblo, el propio faraón reconoció el Espíritu de Dios sobre José (Gn. 41:38-45) es en este pueblo donde toma por esposa a Asit (hija de Potifera, sacerdote de On, ciudad también conocida como Heliópolis que era una de las principales ciudades de adoración al dios sol “Ra”, actualmente como un barrio a 10 km de El Cairo) y tiene dos hijos Manases y Efraín (Gn. 41:50-52) durante el mandato de José, Egipto se expande y José compra toda esa tierra para el Faraón (Gn. 47:19-26).


José hizo habitar a su padre y a sus hermanos en la tierra de Gosén (Gn. 47:4), Israel entonces fue peregrino en la tierra de Cam (Sal. 105:23; recordemos de la 2ª parte que los hijos de Cam, Cus y Mizraim fundaron Egipto). José se mantuvo fiel a Dios y recordó la promesa de El de darles la tierra (Gn. 50:24,25)


El pueblo de Israel vivió en Egipto, se multiplicó en gran manera y fue esclavizado (Ex. 1:7-14), Moisés fue adoptado por la hija del Faraón, quién lo crió como a un hijo y fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios (Ex. 2:10, Hch. 7:21-22), sin embargo Moisés se sabía hebreo y libertador de su pueblo (Ex. 2:11, Hch. 7:24,25). Moisés huye a la tierra de Madián (Madián era hijo de Abraham y Cetura, Gn. 25:1,2; Madián es la actual Arabia Saudita), ahí toma por esposa a Séfora, hija de Jetro, sacerdote de Madián (según el autor Jairat Al-Saleh: Al-lat o Alilat era una de las diosas principales de la península arábiga, era considerada una de las hijas de Alá, diosa del sol y fuente de vida; otro dios madianita era Baal-Peor_Nm. 25:3-18_ por lo que posiblemente Jetro era sacerdote de alguno de estos dioses) sin embargo, Moisés fue fiel a Dios y se movió por fe (He. 11: 24-29)

 Abraham, Isaac y Jacob (Israel), fueron peregrinos y extranjeros en la tierra que Dios prometió darles (Ex. 6:2-4, He. 9-13) y se mantuvieron fieles a El reconociéndolo como el único Dios verdadero.
En Egipto, Dios escucha el gemir del pueblo de Israel y recuerda su pacto con estos hombres de fe (Ex. 2:23-25) en Ex. 3:7, Dios llama “mi pueblo” por primera vez a Israel y recuerda llevarlos a la tierra que les había prometido, en el versículo 18, se revela como “Yahweh, el Dios de los hebreos”, en Gn. 4:22, llama a Israel como su “hijo primogénito”, en Ex. 6:7, Dios afirma a Israel como “pueblo suyo” y se declara como su Dios. En Ex. 19:5-6 Dios les promete que si escuchan y obeceden serían sus amados, un reino, sacerdotes y un pueblo santo.

 En Ex. 20:3 Yahweh por primera vez ordena al pueblo de Israel no tener otros dioses, no hacer ninguna imagen ni semejanza, no adorarlas ni rendirles culto, se revela como su Dios, celoso y misericordioso; en el versículo 23 por segunda vez les ordena no hacer otros dioses delante suyo, ni de oro ni de plata y les da instrucciones precisas para adorarlo solo a El.
Después de darles leyes y más instrucciones, en Ex. 23:23-33, Yahweh les ordena por tercera vez no postrarse ante los dioses de estos pueblos que echaría de delante de ellos (amorreos, heteos, ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos) a no hacer conforme a sus obras, a no hacer pacto con ellos ni con sus ídolos, les ordena que ellos no vivirían en su tierra para que no los hicieran pecar y tropezar.

 En Ex. 29:45,46 Dios nos revela que sacó al pueblo de Israel de Egipto para morar en medio de ellos y ser su Dios, El escogió a Israel para que fuera su pueblo especial en la Tierra (Dt. 4:32-38). Sin embargo, Israel volvió a Egipto en su corazón y desecharon a Yawhew como su Dios (Hch. 7:38,39), lo primero que hicieron al ver la tardanza de Moisés del monte Sinaí, fue pedir a Aarón que les hiciera dioses que fueran delante de ellos, el resultado: un gran becerro de oro, Dios dice de ellos, que se desviaron rápidamente del camino y los llama pueblo de dura cerviz (la cerviz se refiere a la parte posterior del cuello a la altura de las vértebras cervicales, al ser dura, la cabeza no puede bajar y se mantiene altiva); Israel a este becerro lo proclama como su “dios, que los hizo subir de la tierra de Egipto” (Ex. 32:1-9)

 En Exodo 34:10-17, nuevamente Yawhew en su gran misericordia habla con Moisés y le promete darle la tierra y destruir a sus moradores, le ordena no hacer alianza con ellos, derribar a sus ídolos y no emparentar con ellos, recalca el no tener otros dioses.


Israel prometió obedecer a Yawhew (Ex. 24:7) pero no lo hizo, una y otra vez no hicieron lo que Dios les había pedido e hicieron cada una de las cosas que El les había prohibido (2 R. 17:14, Neh. 9:16, Hch. 7:51, Ez. 11:12) sobre todo se contaminaron y se apartaron del único Dios verdadero yendo en pos de dioses ajenos (Nm. 25:2, Dt. 32:16, Jos. 2:12, Jue. 10:6, Jer. 7:8-10, Ez. 20:8-24, Os. 10:1)

 Las naciones que Dios echaba y destruía delante de Israel (casi todas descendientes de Cam) se habían contaminado y habían contaminado la Tierra en gran manera (Lv. 18:25-27) entre sus prácticas y costumbres se encontraban: incesto entre parientes muy cercanos (padres, madres, hijos, hermanos, tíos), homosexualismo, bisexualismo, bestialismo (Lv. 18:1-23), la adivinación, el espiritismo y muy probablemente cada ley dada por Dios al pueblo de Israel era lo contario a un pecado que se practicaba en estas naciones (Lv. 20:23) una práctica común era tener dioses; Herodoto (historiador griego) se refiere a Egipto y los llama “los más religiosos de todos los hombres”, tanto así que cada provincia tenía sus propios dioses y eran más de 30 provincias.

 El gran engañador (Ap. 12:9) pretende suplantar la obra de Dios y tomar la gloria que solo a Yawhew le corresponde (Is. 14:12-14), engaña al hombre haciéndole creer que los dioses que fabrican como obra de sus manos son algo o pueden hacer algo a su favor (Dt. 4:28, Dt. 29:26, 2 R. 19:18, 1 Cr. 16:26, Jer. 11:12, Is. 2:8, Is. 44:1-20, Ez. 7:20) cada obra de Dios es suplantada: en su creación, su gloria, en los animales que El creo, en la imagen misma del hombre, en cada obra de Yawhew.


Los hombres les dan gloria a estos dioses sin saber que en realidad son demonios a quienes adoran (Dt. 32:17, Lv. 17:7, Sal. 106:37, 2 Cr. 11:15, 1 Cor. 10:20, 21, Ap. 9:20) que los apartan del único Dios verdadero y les hacen pecar y cometer grandes abominaciones que no han quedado en el pasado y que aún persisten en nuestros días (Ex. 23:33, Dt. 11:16, 12:31 y 20:18, 2 R. 17:31, Jer. 7:9, 1 R. 21:26, Sal. 106:38, Jer. 16:18, Ez. 6:9, 14:3 y 16:36, 1 Ti. 4:1) en gran medida como parte del gran engaño que le permitirá actuar a Satanás en estos tiempos finales.


En la siguiente parte, veremos algunos de estos dioses e ídolos cuya maldad e influencia existen hasta el día de hoy.

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