20 de mayo de 2010

La fé de la mujer cananea





Hay una historia en la Biblia que nos habla de una mujer que vivía en la región de Tiro y de Sidón (perteneciente al reino de Fenicia, hoy El Líbano) en los límites de la tierra de Israel. Esta mujer era cananea, extranjera *. Jesús llega a esta región desde Genesaret en donde había hablado acerca de lo que contamina al hombre (Mateo 15:17-20) y permite el encuentro entre El y una mujer que representaba a un pueblo en donde los hombres se habían contaminado en gran manera y cuya contaminación alcanzó al pueblo de Israel.
En esta historia, que se encuentra en Mateo 15:21 al 28, podemos encontrar puntos importantes:
1. Esta mujer "clamaba" (pedir vehementemente o a gritos, según el Diccionario de la Lengua Española) el clamor involucra un gran sufrimiento y ella sufría al ver la condición de su hija. (v 22)
2. Le llama "Hijo de David", posiblemente ella escuchó que así le llamaban al Maestro y le pide misericordia. (v 22)
3. Jesús no le responde, pero ella siguó clamando... siguió clamando. Ella siguió viendo a Jesús, esperando alguna reacción; no hizo caso de la molestia ni de las voces de los discípulos que seguramente la volteaban a ver y le hacían señas de que se fuera (Mateo 19:13), de que se callara; pero ella tan no les hizo caso que fueron con Jesús y le pidieron que El la despidiera; aún no conocían bien al Maestro, ¿qué esperaban? (v 23)
4. El Señor Jesús responde, pero no por molestia, ni para pedirle que se fuera, ni para darle gusto a los discípulos. El responde para tratar con ella, ella tenía que entender su condición y al entenderla ¿seguiría adelante? (v 24)
5. ¡Y vaya que lo entendió! lo entendió y reconoció su condición, en ese momento, al escucharlo, entendió que quienes le llamaban "Hijo de David" pertenecían a Su Pueblo, a su pueblo especial escogido por El, y ella no pertenecía a ese pueblo; pero ella solo sabía una cosa... corre a El.
Se postra ante El y ahora lo llama Señor (v 25)
6. Muy bien, ya reconociste tu condición, ahora entiendes que no perteneces a este pueblo amado, que no eres hija...
7. ¡Si Señor!, yo reconozco mi condición, no soy hija, soy como un perrillo que espera unas migajas, (Gn 9:25) pero solo sé algo, yo solo sé que tú eres el único que puede hacerlo, solo sé que he pasado tantos días y tantas noches llorando y sufriendo por mi hija y queriendo yo estar en su lugar, yo solo sé que al escuchar de ti, supe que podías sanarla, que tu eres el único que puede hacerlo; no pertenezco a este pueblo, pero sé con todas mis fuerzas que solo tú puedes ayudarme y socorrerme. (v 27)
8. Puedo imaginar la mirada de Jesús cuando vió tan grande fé en los ojos de esta mujer... ella le pudo haber dicho y pedido tanto, pero El conoce todas las cosas, El sabía de su sufrimiento, de su dolor y desesperación, El sabía de sus lagrimas y del deseo de su corazón, El sabía que lo único que ella quería era que su hijita fuera sana y libre del tormento.
9. La fé agrada a Dios y El nunca rechazará a un corazón contrito y humillado (Salmos 34:18 y 51:17) El siempre se acercará. Y El cumplió el deseo de su corazón (v 28)
Amiga que has leido esto, tu has clamado por muchos años, con muchas lagrimas y dolor, pero ahora como esta mujer cananea puedes reconocer tu situación, no eres hija, no perteneces al Pueblo de Dios (Romanos 3:9-12 y 23, Juan 1:11-13, Romanos 9:25 y 26) su Palabra dice: "el que ha mi viene no le echo fuera" (Juan 6:37) y El te puede responder como le respondió a esta mujer. ¿Quieres ser parte de este pueblo de Dios?, observa los videos en este blog "El evangelio verdadero" y permite que Dios te hable




* Un poco de historia para entender mejor el contexto de este pasaje.
Los cananeos son descendientes de Cam, el segundo hijo de Noé. Esta descendencia se mezcló con diferentes pueblos, principalmente los fenicios.
Era un pueblo idólatra (Exodo 23:23-24, Exodo 34:11-16) sus principales dioses eran Baal y Astarot o Asera. Dios le entregó al pueblo de Israel la tierra que ellos poseían y les ordenó destruirlos por completo a causa de su maldad (desenfreno sexual, sacrificios humanos, abominaciones, ver: http://www.contra-mundum.org/castellano/perks/BaalWorship.pdf) y para proteger al pueblo de Israel por su gran amor (Deutoronomio 7:1-9)
A pesar de la desobediencia del pueblo de Dios (Josué 7:11,12) El estaba con Josué y éste conquistó sus tierras (Josué 11:23) y fueron repartidas (Josué 14:1).
La tierra de los cananeos le tocó a la tribu de Manasés, éstos permitieron que los cananeos habitaran con ellos (Josué 17:12-1, Jueces 1:27-29) y se volvieron a su maldad; por esta causa Dios los entregó en sus manos (Jueces 2:1-3, Jueces 2:12-14) y el pueblo de Israel habitó en medio de ellos (Jueces 3:5-7) y se hizo como ellos (Esdras 9:1,2).
Pero Dios en su misericordia recuerda a Israel (Abdías 17-21)

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